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Nos movemos en un mundo dual, eso quiere decir que existe un sujeto independiente del objeto que percibe a través de los sentidos. Gracias a la interrelación que existe entre el sujeto y el objeto, nosotros somos los que somos porque nos identificamos con ello.

Esta interrelación entre el sujeto y el objeto son condicionantes imprescindibles dentro del estado de observación, que es el estado donde vivimos casi todos los habitantes de este mundo. Hay otros muchos estados: el de babia, el del sueño, el de concentración… pero en donde surgen los desordenes físicos, energéticos y mentales es en el estado de observación. ¿Por qué? Por que es el único en donde va a haber una identificación entre la persona y el objeto, es decir, alguien que se apropie de la acción y la haga suya y a esto le llamamos ego. Ese ego es el que no va a hacer desear las cosas que tenemos a nuestro alrededor, por lo tanto, el deseo va a ser nuestro motor de movimiento y por eso siempre nos movemos entre gusto y disgusto, placer y dolor y nos identificamos con ello.

Es por esto por lo que nunca vamos a sentirnos completos, siempre nos identificaremos con un deseo que hará que nos movamos en estas polaridades, estamos constantemente identificándonos con los objetos, definiéndolos con nombre y forma para poder almacenarlo en la memoria.

Cuando pasamos de la definición a la no definición, es decir, de un estado de observación a un estado de concentración, es lo que nos da plenitud y sosiego, no nos identificamos con nada porque el objeto y el sujeto se han unido, no hay separación entre ellos.

 

 

La Astrología es un arte milenario con acceso a toda la información del sujeto. Gracias a la división de casas o sectores puedes conocer en que áreas de la vida se puede tener mayor dificultad y en donde se pueden encontrar vías alternativas de salida y digo alternativas porque el sujeto, por naturaleza, desea a ir hacia la no identificación pero ese mismo deseo es el que le ata para seguir en esa rueda. Por lo tanto, la astrología “solo” nos dará información de esa persona en estado de observación.

Cuando hace miles de años crearon la carta astral dispusieron de un circulo para desarrollarla porque esta figura simboliza la no diferenciación, ¿Por qué? Por que hay la misma distancia desde el punto del centro hacia afuera. Al ser todos iguales por lo tanto no hay diferencia entre unos y otros, es decir, hay una información no diferenciada, es un campo de potencialidades.

En el momento en el que dibujamos una raya en el medio empieza un universo dual, y aquí vamos a diferenciar la parte de abajo del sujeto con el objeto.

 

 

El circulo entonces, en este mundo dual, se convierte en el deseo, en nuestro límite y también en nuestra meta. ¿Por qué al fin y al cabo que es un límite?

Si desde el circulo del exterior hasta el posicionamiento de los planetas todo es visto como un objeto diferente a mi, toda la información que obtendremos será información sobre el ego. ¿Dónde queda, pues, la información que la astrología sobre el alma? ¿Acaso el alma está fraccionada, es egoica? Esto no puede ser porque tanto el alma como el amor es completo, es plenitud. Si nos damos cuenta, toda la astrología que desarrollamos versa sobre nuestro ego. La comunicación egóica, nuestra máscara, nuestra necesidad de seguridad, etc. Entonces si queremos consultar la carta y saber nuestra realidad, no la que está hecha por nosotros ¿no tenemos acceso a ella?.

Desde mi punto de vista, esto depende exclusivamente de la persona que te esté leyendo la carta, de hasta donde ha llegado, si solo se ha movido en un estado de observación solo te podrá dar datos de ese estado, si ha tenido momentos no duales significará que su mente se está abriendo y por lo tanto tiene acceso a nuevos caminos y por último la persona que tiene acceso a ese mundo de información no diferenciada la persona que posee sabiduría, no conocimiento, en este estado no cabe la interpretación, tiene acceso a la realidad.

Es responsabilidad del astrólog@ seguir trabajándose, estar en una vía de autoconocimiento para ofrecer una lectura más completa a la persona. Es el compromiso con el trabajo, con uno mismo y con las personas que buscan luz. El compromiso de pasar de un estado de observación a un estado de concentración.