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Tras siglos de oscurantismo alrededor de la astrología empieza a resurgir con la llegada de las terapias llamadas New Age. Terapias alternativas, (aunque habría que ver quien es el alternativo aquí) declaradas en su mayoría holísticas, que cubren un terreno donde la sanidad occidental no cubre. Terapias donde la gente solo recurre cuando está “desesperada” y en donde suelen encontrar una solución (si el karma lo permite).

La astrología empieza a resurgir como el ave fénix, apareciendo como una herramienta fundamental en el camino del auto conocimiento.

Poco a poco en centros de naturopatía, terapias naturales, etc  se empiezan a enseñar la importancia de los arquetipos, los planetas y sus fuerzas.  Una manera de enseñar a utilizar esta herramienta ancestral de una manera seria y responsable. Siendo conscientes que en cada carta está el alma de la persona y nosotros, los astrólogos, tenemos el privilegio y el honor de poder acceder a esa información.

De ahí la importancia de una buena formación de los astrólogos, no solo sobre los conocimientos de astrología sino de la madurez y su compromiso, donde en cada lectura demostrará su criterio para dirigirse a las personas, comprenderá que es lo que la persona necesita desbloquear para seguir su camino tras depositar la responsabilidad de su vida en sus manos, desde la comprensión y la ternura.

Sabiendo que ese es su camino y entendiendo que la persona no puede hacer otra cosa diferente de lo que hace por lo tanto se debe de leer la carta sin ningún tipo de juicio poniendo en foco en la raíz de los problemas para que la persona pueda entender y aceptarse. Ese para mi es el gran trabajo.

La persona que viene a consultarnos de motu proprio viene con la puerta abierta, por lo tanto, seria de una tremenda irresponsabilidad por parte de los astrólogos, si esa confianza depositada en nosotros fuera mal utilizada, creyéndonos que estamos por encima de ellos. No les vamos a aleccionar o salvar de su vida creada por muchas circunstancias, entre ellas, sus pensamientos, sus creencias. No somos los maestros de nadie.

En una consulta hay un movimiento de jerarquía donde la persona que consulta coloca al astrólogo en una posición superior, como si esa persona supiera más que ella de su vida, entregándole las llaves de su alma. Este es el verdadero peligro. El astrólogo siempre tiene que devolver las llaves, y si es posible, en el mismo día.

La relación tiene que ser de igualdad, entre dos personas, un consultante y un consultado. Por que sino entramos en juegos de poder, manipulaciones y estrategias y eso es extensible a cualquier persona que ofrezca un servicio a otra persona. Desde un fontanero a un médico, pasando por un psicólogo, terapeuta o policía. Saber cual es tu papel y desarrollarlo desde la entrega a lo que te toca en ese momento vivir es para mi la solución a casi todos los problemas que tenemos en nuestro día a día.

No solo va a ser responsabilidad del astrólogo, la persona que viene a que le lean la carta tiene que estar dispuesto a escuchar lo que le dicen y a coger la responsabilidad de su vida. Solo así podrá seguir avanzando en su camino. Sin ataduras, ni apegos. Sin entregar su poder a nadie. Sin esperar a que nadie le resuelva la vida. Aquí no hay víctimas pero tampoco salvadores.